Durango acogió ayer, por primera vez en un Road Show, el testimonio de un joven preso que pidió perdón por provocar un accidente con dos víctimas
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PEDIR perdón públicamente e intentar con ello que los 600 jóvenes presentes tomaran conciencia de los riesgos que puede suponer la carretera.
“Quisiera pedir perdón. No es fácil asumir que por tu culpa una niña ha quedado huérfana y una familia entera destrozada”, ...
explicó un joven que con 19 años causó la muerte de un matrimonio en un accidente de tráfico dejando huérfana a una niña de dos años. En la actualidad, el conductor homicida tiene 27 años y lleva un año y medio en prisión. Ayer se le concedió un permiso especial para estar presente en Durango y participar en un Road Show organizado por TRAFPOL y STOP ACCIDENTES. y con la colaboración del Programa Berriztu.
La actividad tiene como fin sensibilizar a jóvenes en edad próxima a la mínima autorizada para obtener el carné de conducir y fomentar entre ellos la reflexión y el debate sobre las graves consecuencias que originan la falta de respeto a las normas y a las buenas prácticas de circulación. La intervención del joven que cumple condena por un accidente de tráfico con resultado de dos muertes, fue la que más impacto causó entre los asistentes.
“Iba a casa de mi primo y por exceso de velocidad se me fue el coche y me golpeé frontalmente con un vehículo. El matrimonio falleció en el momento y la niña se quedo huérfana”, apuntó el joven. “Me desperté en el hospital entubado y no podía hablar. Al principio me dijeron que había tenido un accidente de coche y nada más. Al de unos días me explicaron lo sucedido y siete años después sigo dándole vueltas y lamentando lo ocurrido”, confesó.
En su quinta convocatoria, los asistentes, de entre 15 o 17 años, entraron a San Agustín con el ánimo propio de esta edad. Sin embargo, transcurridos unos minutos, las caras de preocupación y desánimo eran generalizadas. No era para menos.
“En prisión he tenido mucho tiempo para pensar. Es la primera vez que cuento lo que pasó en público porque necesitaba hacerlo. Tener en la conciencia dos muertos es duro”, reconoció. “Todos estamos expuestos a un accidente de tráfico y espero que la gente que me ha escuchado hoy les haga pensar y reflexionen sobre las graves consecuencias que puede tener la carretera”, apuntó el preso.
Pero no solo fue este caso el que motivó la reflexión de los presentes. Ayer se recreó un accidente de tráfico combinado con los testimonios directos de un policía, un médico del 112, un bombero, un médico de hospital, un familiar de víctima y una persona accidentada con lesión medular, los sonidos envolventes e imágenes impactantes.
Desde la silla de ruedas
Pilar, salió al escenario en silla de ruedas. Su caso enmudeció al público. Ella, acompañada de su familia, tuvo un accidente de tráfico con solo 17 años. El coche cayó al vacío y como consecuencia, desde entonces, ella está postrada en su silla. “Se me fueron todas las ilusiones que tenía para mi vida. Nunca se me olvidará el día que entré en el hospital y ese recuerdo que tengo cuando me quitaron la ropa y no sentí nada. Mi cuerpo era como un corcho y ahí me di cuenta que algo no iba bien. Ya no podría tener una pareja, ni siquiera hijos… Por eso os digo que disfrutéis de la vida ¡pero... ¡con responsabilidad!”, exclamó.
Otro de los protagonistas de ayer fue Javi Sánchez, un policía municipal de la villa durangarra que quiso contar lo duro que fue para él tener que ir a casa de unos padres a decirles que su hijo había fallecido en un accidente de coche volviendo de Sanfermines. “Era una pareja joven que volvía a casa y ambos fallecieron en el acto. Recuerdo que el trayecto en coche desde la comisaría hasta el domicilio donde vivián sus padres mi compañero y yo no articulamos palabra”, confiesa. Al agente le marcó “el mirar a la cara a esas personas y preguntarles si eran los padres de aquél joven que había perdido la vida junto a su novia”.
“Son situaciones que uno no olvida en su vida. Nunca se sabe a quién le puede tocar y un día puede ser a Gaizka, Mikel, Ainhoa o Leire...”, explicó tocado el policía municipal.
Todos estos casos reales pretendían concienciar a los jóvenes de los peligros que conlleva la carretera. Además, durante el acto intervinieron también un bombero de la estación de Iurreta y un sanitario de las ambulancias del 112. Todos ellos transmitieron casos también reales vividos en primera persona. “El accidente se produjo en Autzagane. Un joven que iba dirección Gernika había bebido, se le fue el coche y se chocó de frente con otro vehículo. El resultado: la mujer y el niño estaban muertos, mientras que el conductor estaba herido. El chaval gritaba ¡aupa Athletic! y no era consciente de la gravedad de lo ocurrido”, explicó el bombero Joseba Etxaburu.
El caso de Enaitz también emocionó a los presentes. Uno de tantos jóvenes que tenía toda la vida por delante y que falleció en plena adolescencia por culpa de un accidente. Rosa Trinidad, su ama y responsable de la asociación Stop Accidentes, y firme convencida de la labor de educación hacia los jóvenes para prevenir estas tragedias, señaló que “cada vez que estoy en un Road Show es como revivir aquel momento en que un conductor ebrio nos quitó la vida de nuestro hijo en La Rioja. Lo que pretendemos con esta iniciativa es haceros ver los peligros que conllevan las malas prácticas en la carretera”.
Divididos en dos grupos, 600 jóvenes conocieron ayer los testimonios reales de víctimas y familiares que han sufrido de primera mano las desgracias en la carretera. Hay que tener un dato incuestionable: los accidentes son la primera causa de mortalidad entre los chavales, “ tenemos que prevenir”, advirtieron.