Vía : EL MUNDO (MOTOR)
La campaña 'Ni un peque más en peligro' busca promover los dispositivos de retención infantil a contramarcha
En España sólo es obligatorio ir de espaldas hasta los 15 meses
El caso de 'Gabriel, el Vikingo', que sufrió una decapitación interna provocada por la sujeción de su silla AFM (a favor de la marcha)
Basándonos en las leyes de la física, en los estudios de accidentalidad y escuchando a pediatras y a especialistas en seguridad vial infantil, entendemos que el único modo capaz de minimizar el riesgo de lesiones medulares, e incluso la muerte ante un frenazo brusco, ya sea en ciudad a baja velocidad, o frente a un impacto (trasero, frontal o lateral) en carretera, es utilizando un dispositivo a contramarcha hasta los 4 años (como mínimo). Entonces, ¿por qué les sentamos de frente tan pronto?
Mencionamos por su interés la campaña Ni un peque más en peligro (#yoviajoseguro), que despegó en todas las redes sociales el Día Mundial sin muertes en la carretera. Ésta ha sido creada por la fisioterapeuta y bloguera Marta Erill, Una mamá de otro planeta, junto con la colaboración de padres y asesores voluntarios del grupo de Facebook A contramarcha Salva Vidas, y la web acontramarcha.com de la que ya se han hecho eco campañas sociales como 12 MESES ( Mediaset) para ofrecernos las claves para entender por qué elegir una silla de espaldas a la marcha puede ser la diferencia entre tener un susto, y lamentar una desgracia, como afirma Cristina Barroso, asesora en sistemas de retención infantil (SRI), precursora del modelo sueco en España.
"Cuando les digo a los padres que llevar a los niños a contramarcha (ACM) es hasta 5 veces más seguro suelen mirarme con cara de sorpresa e incredulidad, y la mayoría me plantea ciertas dudas en relación a si les van a caber las piernas, se van a aburrir o marear...", cuestiones que la Dra. Cristina Puente Sánchez, pediatra del Hospital Ruber Internacional, despeja, mostrándoles los peligros a los que enfrentan a sus hijos en sillas a favor de la marcha (AFM).
"Los pediatras debemos velar por la seguridad infantil y alertar a los padres de que viajar ACM es la opción más segura para sus hijos". Para la especialista, no está siendo un camino fácil, "teniendo en cuenta que la legislación española solo obliga a los niños a viajar de espaldas hasta los 15 meses, que en los ránkings de los clubes automovilísticos las sillitas de frente superan por con creces las ACM, (sorprendentemente la puntuación de seguridad supone solo un 6% del porcentaje final de la nota) y que en las tiendas apenas se recomienda, es entendible el desconocimiento y los falsos prejuicios de algunos padres. Deberíamos aprender de los países escandinavos", concluye Puente.
El plus del método sueco
Los nórdicos en este terreno nos llevan ventaja, y resultan esclarecedores los datos de 2015, donde ningún noruego menor de 4 años falleció en sus carreteras. La clave de su éxito es sencilla, sus hijos viajan de espaldas. Los suecos, que celebran en unos meses su medio siglo a contramarcha, son además los autores del sello Plus Test.
Sus requisitos son notablemente más rigurosos que los aplicados en la normativa Europea ECE-R44, y en la I-Size. Se considera la prueba más exigente del mundo, siendo la única que mide los daños que un impacto pudiera ocasionar en la zona más frágil del cuerpo, el cuello. Es decir, la carga de tracción y su límite de estiramiento para la supervivencia. Por este motivo, ninguna AFM lo supera, revela la precursora del modelo sueco en España.
Homologada vs. segura
Sin embargo los españoles aún desconocemos el amplio abanico existente de sillas que se orientan en el sentido inverso a la marcha, con la opción de utilizarlas incluso hasta los 25 kilos y aproximadamente 120 centímetros. Desde 2006 la Ley obliga a todo aquel que transporta a un menor de 12 años, con una altura inferior a 135cm, a disponer de una silla homologada. Estos dispositivos se orientan mayoritariamente en el sentido de la marcha.
Por supuesto los sistemas AFM sujetan y retiene al niño, pero como señalan los expertos, en caso de impacto, el riesgo de una lesión medular grave o incluso la muerte aumenta exponencialmente, ya sea utilizando el arnés de cinco puntos o el peligrosísimo escudo, eso sí, de la multa nos libramos. La DGT, que apoya la campaña, recomienda utilizar este tipo de dispositivos de seguridad todo el tiempo que sea posible.
Pura física
Recurrimos a la ciencia, y escuchamos a Ana Urbieta, Dra.en Ciencias Físicas y Profesora de la Universidad Complutense, (quien confía en sillas ACM para proteger a sus hijos). "Viajando en el sentido de la marcha, tanto en una colisión frontal como en una por alcance, la inercia del movimiento empuja a los ocupantes del vehículo hacia delante. El arnés o el escudo de las sillas AFM, retiene el cuerpo, pero no la cabeza del niño, así que el tirón se lo lleva su cuello. Y ese cuello no está preparado para soportar esa fuerza, y se parte la columna. La única forma de impedir ese tirón, es impidiendo el movimiento de la cabeza hacia delante utilizando con un SRI en el sentido opuesto a la marcha".
A lo que Barroso añade, el cuello no tiene resistencia para soportar los 300 kilos que pesa la cabeza de un niño de 3 años a 50 km/h, y se rompe nada más empezar el choque. Se produce una decapitación interna, consistente en una luxación completa de la primera vértebra cervical, que provoca la separación del cráneo y la columna vertebral.
La fisioterapeuta Marta Erill, lo aclara: El cuerpo de un menor de 4 años, tiene poco que ver con el de un adulto. Entre otras muchas diferencias, su cabeza supone un 20-25% de su peso, mientras que en un adulto alrededor de un 6%, lo que la convierte, en caso de impacto, en un proyectil lanzado a una gran aceleración. Además, su columna vertebral no está osificada aún, es prácticamente cartílago, y su musculatura no está lo suficientemente desarrollada como para resistir una tracción intensa. Lo que en un adulto puede suponer un latigazo cervical, en un niño menor de 4 años puede significar lesiones irreversibles o la muerte.
¿Cómo elegir la silla adecuada?
- Acudir a un establecimiento especializado donde recibirás el asesoramiento personalizado adaptado al percentil de altura y peso del niño. Los expertos recomiendan probar con el menor, y dentro del coche, ya que para cada tipo de asiento trasero conviene un modelo ACM distinto.
- El experto, formado en SRI, nos instalará la silla en el vehículo, y mostrará cómo abrochar correctamente el arnés para que no quede flojo. Nos dará unas pautas de seguridad tales como no sentar al niño con abrigo, eliminar del suelo y alrededores objetos duros, que podrían ser peligrosos proyectiles en caso de impacto, y nos instruirá para saber cambiar el dispositivo de coche en caso necesario sin restar seguridad.
- No debemos preocuparnos si no disponemos de isofix, pues con la correcta colocación del cinturón de tres puntos, la silla protege exactamente igual.
- Si compramos de segunda mano, debemos tener la completa seguridad de que la silla no ha estado involucrada en ningún accidente o golpe, por muy leve que haya sido, ya que podría tener daños internos invisibles, que redujeran su seguridad.
- Las sillas tienen una caducidad, que se puede leer en la etiqueta, y pasada la fecha que indica cada fabricante, no deben utilizarse.
- Es importante intentar que dure el mayor tiempo posible ACM, como mínimo hasta los 4 años, teniendo en cuenta que en la actualidad hay niños de 7 que todavía disfrutan cómodamente de su silla ACM.
- Cuando sea físicamente imposible utilizar el dispositivo de espaldas, cambiaremos al grupo 2/3 hasta los 150 cm. (con respaldo hasta los 135cm). Su eficacia depende del correcto guiado del cinturón de seguridad, y más especialmente de la banda ventral (cadera). La elevación del cuerpo (gracias a la banqueta), así como el uso del reposabrazos que garantice la correcta posición del cinturón sobre la pelvis, son imprescindibles. Dependiendo del asiento y del equipamiento del coche (airbag de cortina) se podrá colocar un elevador sin respaldo, pero nunca antes de los 8 años o los 125cm. No obstante el elevador más eficaz de todos es aquel que viene integrado en el vehículo, por lo que habría que priorizar esa opción por encima de las otras dos.