El mismo año que España consigue exportar su modelo de lucha contra la siniestralidad vial y ser el icono para Naciones Unidas que deben emular otros países tocados de «muerte» por este asunto, como Bolivia y Santo Domingo, nuestro país arrojará un balance negro por tercer ejercicio consecutivo después de 12 años de descenso. ¿Paradójico? Según los expertos, no lo es, pero urge tomar medidas. España tocó hace dos años su «suelo de cristal» y a partir de ese momento comenzó el incremento, que fue muy leve en 2015, pero mucho más importante en 2016 y 2017, apuntan.
De hecho, y a falta del cierre del periodo navideño, cuando según Tráfico se producirán 17 millones de desplazamientos, el pasado 19 de diciembre ya se había superado el saldo del año pasado. Siempre teniendo en cuenta víctimas a 24 horas del accidente y en vías interurbanas, puesto que la siniestralidad definitiva del país (víctimas a 30 días del accidente, incluyendo las de las ciudades) es un balance que se conocerá entrado ya el próximo 2018. De acuerdo con ese saldo a 30 días, en 2015 hubo una víctima mortal más que en 2014; pero en 2016, 1.291 personas perdieron la vida en vías interurbanas y otras 519 en ciudad. El dato se disparó. En lo que va de este año y hasta el 19 de diciembre, 1.169 personas habían muerto en el asfalto, mientras que, de acuerdo con las cifras facilitadas por la Dirección General de Tráfico (DGT), las víctimas contabilizadas a 24 horas y teniendo en cuenta solo los fallecidos en vías interurbanas fueron 1.161 en la totalidad del año 2016.
Preguntados los máximos responsables por este asunto, tanto el ministro del Interior, como el responsable de Tráfico, apelaron a «seguir trabajando» y no «resignarse» ni «consolarse» con un dato que es negativo a todas luces. Según Juan Ignacio Zoido, los especialistas con los que trabajan achacan este mal año al «aumento del parque móvil y el incremento del número de desplazamientos», ayudado del periodo de poscrisis. Gregorio Serrano no ocultó que el repunte experimentado de un 4% más de fallecidos en vías interurbanas con respecto al año anterior «es mucho». No obstante, en relación con lo que ocurre en el resto de Europa, Serrano opinó que «este problema de estancamiento y de aumento de fallecidos está sucediendo en los países de cabecera, porque cada vez hay más dificultades para reducir el número de siniestros en carretera».
Urgen soluciones
Con el aumento del parque móvil que escaló en 2016 hasta los 31.662.922 coches y los 26.514.026 conductores que hay en el país, desde las asociaciones de seguridad vial desglosan un dato llamativo: Castilla La Mancha, Madrid, Andalucía, y Cataluña se llevan gran parte del aumento de la siniestralidad en 2017, mientras que se han producido bajadas notables en otras autonomías con trasiego de vehículos, como la Comunidad Valenciana, donde se redujo un 17% y Galicia, que alcanzó un 34% menos.
Así lo remarca Ramón Ledesma, asesor de PONS Seguridad Vial, quien reseña parte de la historia evolutiva de la siniestralidad en España. «Redujimos los fallecidos (en cifras globales, contando vías urbanas e interurbanas) de 5.400 en el año 2003 a 1.700 en el año 2013, cerca de un 70%. En ese entorno pasamos de ser el país 17 de la Unión Europea, con una tasa de 128 fallecidos por millón de habitantes, a ser el quinto, con 37 fallecidos por millón de habitantes. Los datos nos indican que no conseguimos batir ese suelo y perdemos posiciones».
Y recomienda: «Urge tomar decisiones trascendentes que no gustan a nadie, pero hay que tomar, como la reducción de la velocidad a 30 km/h en vías de un sentido en ciudad y generalizar el límite de 90 km/h en carreteras convencionales». Según un reciente estudio de esta consultora, la mitad de los fallecidos en 2017 ya son peatones, ciclistas y motoristas, los colectivos llamados «vulnerables».
En el recetario de consejos, el Real Automóvil Club de España (RACE), a través de su director de Seguridad Vial, Tomás Santa Cecilia, aporta algunos: mejoras en infraestructuras y más inversión, ayudas para renovar el parque móvil y mayor formación vial a los conductores. Santa Cecilia recuerda el reciente informe de EuroRAP que cifró en un 10% más el número de tramos peligrosos existentes en España, lo que abunda, en su opinión, en la necesidad de invertir en vías secundarias, de titularidad regional, que son las que congregan más víctimas mortales. El RACE demanda incentivos fiscales como acicate para ayudar a los automovilistas a cambiar su vehículo. «Los elementos de seguridad pasiva no son bienes de lujo y deberían considerarse con un IVA reducido», dice Santa Cecilia.
Al pedido de mejorar las carreteras se suma Francisco Canes,presidente de la asociación DIA de víctimas de accidentes, mientras que desde la Fundación Mapfre, su director de Prevención y Seguridad Vial, Jesús Monclús, propone como solución más calles en las ciudades limitadas a 20 y 30 km/h. La Fundación avisa del incremento de muertes derivado de factores como el uso del móvil, el consumo de drogas, la infrautilización del cinturón de seguridad, el exceso de velocidad y la imprudencia con los ciclistas. «Hay que tomarse la seguridad mucho más en serio», suscribe Monclús.
Móvil y alcohol como causas
Y es que este año no se ha logrado contener dos elementos muy preocupantes: la distracción al volante ya está detrás de más de un tercio de los accidentes de tráfico (un delito que la nueva ley de Seguridad Vial sancionará de manera más contundente) y el alcohol y las drogas estaban presentes, según el Instituto de Toxicología y Ciencias Forenses, en las autopsias del 43% de los conductores fallecidos y del 32% de los peatones muertos por atropello. El 95% de ellos eran hombres de 25 a 54 años.
Responsabilidad del nefasto mantenimiento de las vías, para unos, del conductor y su mal manejo del vehículo para otros, lo cierto es que las asociaciones de automovilistas y víctimas ven «alarmante» este crecimiento de la mortalidad. La presidenta de Stop Accidentes, Ana Novella, reclama incluso modificar el Código Penal y desterrar la impunidad de los delincuentes viales en esa ley que ultima Tráfico.
Carné por puntos y firmas por alcohol.
Desde la DGT se subraya que el carné por puntos es una de las medidas más eficaces de la última década, aunque admiten que hay que replantearlo para continuar con éxito; por eso, se va a revisar el catálogo de infracciones que quitan puntos, los cursos para recuperar los mismos y plantean un carné por puntos virtual para los europeos que cometan infracciones en carreteras españolas.
Según entidades como la gestora de multas Dvuelta, el 30% de las ocasiones la DGT notifica las sanciones incorrectamente por vía edictal y por eso muchos conductores siguen al volante con su saldo a cero sin saberlo. Dvuelta calcula que hay 70.000 conductores, de los 214.000 que perdieron todos sus puntos en diez años de vigencia, un delito tipificado en el art. 384.1 del Código Penal. Existen aplicaciones, como Infopuntos, con alertas automáticas e información sobre el saldo de puntos. Su uso es gratuito.
A la espera de que este año la DGT sancione con más dureza la reincidencia en el consumo del alcohol al volante, una nueva iniciativa promueve la tasa 0,0. En la web www.movimientoceroalcohol.com se recogen firmas para que no se permita nada de alcohol en el coche, sustancia que explica uno de cada cuatro muertos en la carretera. Según la plataforma, la DGT se contradice al permitir un límite bajo de la droga que más mata.