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La moda de los patinetes llegó hace ya varios años a Francia, sobre todo a urbes como París, con una fuerza que resistió incluso cuando la tendencia decayó en otros países. Según la Federación de Profesionales de la Micromovilidad de Francia, solo en 2017 se vendieron en el país 1.735.228 dispositivos de desplazamiento personal, tanto mecánicos como no mecánicos. Ello supone un 56% más que en 2016. Y a mayor número de dispositivos, mayor número también de accidentes. Por eso, el Gobierno anunció su intención de crear, a partir de 2019, una “nueva categoría de vehículo en el código vial” para patinetes eléctricos y otros dispositivos de desplazamiento personal similares. En España, aún no existe no existe una normativa común para garantizar la convivencia en las aceras.
Aunque no existen cifras oficiales, el diario Le Parisien hizo un cálculo en octubre con datos extraídos de las bases de Seguridad Vial que le hizo constatar un aumento de los accidentes. Según sus estimaciones, en 2017 hubo al menos 284 heridos y cinco muertos por patinetes o patines (no se distingue aún entre las dos categorías en las estadísticas oficiales, aunque el uso de patinetes es mucho más generalizado, lo que apunta a que este medio sería el principal responsable de los daños). Es un muerto menos que el año anterior, pero el número de heridos habría aumentado 23% (231 en 2016). Desde 2013, el número de accidentes registrados llega a los 1.378. La mayor parte de los incidentes fueron colisiones en la calle con coches, motos o bicicletas.
Poco después de conocerse esos datos, la ministra de Transportes, Elisabeth Borne, anunció su intención de crear, a partir de 2019, una “nueva categoría de vehículo en el código vial” para patinetes eléctricos y otros dispositivos de desplazamiento personal similares. Aunque no dio grandes detalles y dejó abierta la posibilidad de que las normas se adapten a las diversas situaciones según las localidades, sí estableció un límite: “Estos dispositivos podrán circular en las pistas, en los carriles bici o en las zonas de velocidad máxima de 30 kilómetros por hora. Pero su lugar no está en las aceras, donde hay que garantizar la seguridad de los peatones”, declaró ante la Asamblea Nacional. Además, el Gobierno de Emmanuel Macron quiere crear un marco legal específico para los servicios de “free floating” que utilizan la mayor parte de los “convertidos” al patinete eléctrico, casi medio millón de personas, según la emisora France Bleu.
No es raro ver a familias enteras montadas en patinete paseando por la ciudad o haciendo recados. Mientras eran vehículos impulsados por la fuerza humana, la situación era incómoda para los peatones pero no peligrosa. Caminantes y patinetes compartían las aceras siempre que estos últimos no superaran el límite de 6 kilómetros por hora. La cosa ha cambiado con la llegada de los patinetes eléctricos, convertidos ya en un elemento más del paisaje de París y otras grandes ciudades de Francia.
En España no existe una normativa común para garantizar la convivencia en las aceras y, tras muerte del primer peatón arrollado por un patinete eléctrico en el país, Tráfico ha anunciado que impedirá que los patinetes eléctricos circulen por la acera y fijará su velocidad máxima en 25 kilómetros por hora.